Análisis de Braid


¡¡Hola Nakamas!! Ya os hablé de Braid en mi primera entrada, así que ahora he decidido hablaros de este gran juego con más detalle, ya que creo que es uno de los juegos que mejor representan el significado de indie.

La gran obra de Jonathan Blow es un juego de plataformas en 2D con scroll lateral como los clásicos Mario y Sonic. Sin embargo Braid no es un juego de plataformas cualquiera, tanto por su metafórica historia como por su innovadora mecánica.

En principio el juego nos presenta una historia aparentemente igual a la del conocido Super Mario Bros (juego al que además hace continuas referencias como la famosa frase de "la princesa está en otro castillo", que se repite en Braid en el final de cada nivel) un chico, al que los libros que relatan la historia se refieren como Tim, tiene como objetivo rescatar a una princesa secuestrada.


No obstante mientras vas avanzando en el juego vas notando que el argumento no es tan simple como parece, es más, nada es tan simple como parece. Las cosas empiezan a andar mal desde que te das cuenta de que el primer nivel que has jugado no ha sido el capítulo uno, si no el dos, y poco a poco vas adentrándote más y más en este gran nudo ("braid" en inglés) de acontecimientos.

Avanzas en el juego y la mecánica va complementándose con los conocimientos de la historia de Tim que vas adquiriendo en cada nivel, en forma de piezas que completan el puzzle que supone cada capítulo.

La princesa fue secuestrada porque Tim cometió un error, Tim está arrepentido y desea deshacer sus errores, tener otra oportunidad, y al mismo tiempo, en la mecánica, Tim obtiene la capacidad de deshacer sus actos y retroceder en el tiempo cada vez que es golpeado por un enemigo. Pero no solo puede usar esta habilidad cuando es golpeado, Tim deberá usar esta cualidad para resolver infinidad de puzles durante su viaje a través de su vida y sus recuerdos, y conseguir así los fragmentos de historia necesarios para descubrir la verdad sobre lo que ocurrió con la princesa, la verdad sobre él, el capítulo uno que había faltado desde el principio.

De esta forma cada capítulo supone nuevas formas de jugar con el tiempo, nuevas habilidades y dificultades para nuestro protagonista, que empieza a dudar si realmente salvar a la princesa es su objetivo.


En mi opinión, Braid es un juego que también puede considerarse una obra de arte, no solo por lo literaria que sea su historia, que para mi es realmente lo de menos, si no por esa relación historia-juego, esa sensación de probar una mecánica que nunca habíamos podido disfrutar anteriormente, esa forma de jugar con el tiempo y con la mente.

Espero que os haya gustado mi análisis, concluyo dejándoos un link a la página de Steam donde podéis comprar el juego y ver el tráiler.

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